Los tiempos cambian. En el siglo XXI la iniciación sexual dejó de estar rodeada por el secreto y la culpa. Con esos cambios de hábito se metió “Solamente vos”, la tira de Pol-ka que emite El Trece. Lo hizo a través del personaje de Daniela Cousteau (Lali Espósito), hija de Juan (Adrián Suar) e Ingrid, “La Polaca” (Muriel Santa Ana). Bastó ver los capÃtulos de esta semana para comprender qué lejos ha quedado la época en la que los padres les decÃan a sus hijos: “De eso no se habla”. Ahora, los chicos tienen su primera relación sexual con mayor naturalidad. Sin tanto rollo, dirÃan ellos. Sin embargo, en el episodio de anoche, la novela mostró que el rollo post sexo entre los hombres y las mujeres sigue siendo parecidÃsimo al de antaño, al de siempre.
En clave de comedia, aunque privilegiando la ternura a la risa, la tira abordó el tema de la iniciación sexual desde la perspectiva de los padres y los hijos modernos. El conflicto ya no es que la nena tenga su primera vez, si no cómo vivirá esa experiencia. AsÃ, Daniela planeó (sÃ, programó) en detalle la noche de su primera relación con Federico (BenjamÃn Rojas). Y quien le habló a Daniela de la necesidad de cuidarse fue Juan, su papá. Para estar seguro de que asà lo harÃa, le dio una caja de preservativos. Ella reaccionó como cualquier chica de su edad: manifestando que lo tenÃa clarÃsimo. Entre el desconcierto y la emoción, Juan le deseo mucha suerte y le pidió que después le contara si todo habÃa estado bien. Los tiempos cambian. Y la tele lo refleja.
SÃ, todo estuvo muy bien para Daniela y Federico en la cama. El problema surgió entre Daniela y su mamá, quien enfureció al saber que su hija habÃa tenido la primera relación sexual. Separada de Juan, a La Polaca no le molestó enterarse de que su hija ya no era virgen. La enfureció que Daniela no hubiera tenido la confianza necesaria para contarle que estaba a punto de vivir esa experiencia. Le dolió que su hija no la considerara “una amiga”. SÃ, eso: La Polaca se siente una mujer moderna y quiere ser amiga de sus hijos. Los tiempos cambian. Y la tele lo refleja.
Una preocupación desvelaba a Daniela antes de ir a encontrarse con Federico: “¿Cómo le digo que es mi primera vez?”. Puesta a buscar consejo, recurrió a Aurora (Natalia Oreiro), la vecina que enamora a su padre, aunque ambos prefieran jugar el juego del histeriqueo en vez de concretar, como aconseja el suspenso en las ficciones. Que va a pensar que soy una tarada, que se va a desilusionar de mÃ, que mejor no se lo cuento y listo: todo eso le decÃa Daniela a Aurora, a borbotones. Lejos quedaron los tiempos en los que a la mujer le preocupaba la situación inversa: cómo decirle a su enamorado que no era virgen. Los tiempos cambian. Y la tele lo refleja.
Allá lejos y hace tiempo, la mayorÃa de las mujeres necesitaba relatarse a sà misma el cuento del PrÃncipe Azul antes de tener sexo. Para dar el paso de la primera vez, necesitaba creer que lo hacÃa por amor, porque habÃan hallado al hombre de su vida. Daniela, en cambio, le explicó a su madre que no sabe si Federico será algún dÃa su marido y ni siquiera si vivirá con él un amor prolongado. Pero, le dijo, tiene en claro que Federico es la persona con la que elige estar aquà y ahora. Los tiempos cambian. Y la tele lo refleja.
Sin embargo, parece que los tiempos no cambian tanto en todo. Y anoche, “Solamente vos” reflejó lo que permanece. En una escena muy bien escrita, que Lali Espósito y BenjamÃn Rojas interpretaron de maravilla, aparecieron las diferencias entre los hombres y las mujeres después de haber tenido buena quÃmica en la cama. Ahora, Daniela quiere que Federico le garantice que son “novios”. Quiere verlo a toda hora. Quiere hablar “de lo nuestro”. No soporta tener con él una simple reunión de trabajo: ¿cómo pretende que ella se pueda concentrar en los asuntos de este mundo, cuando está levitando a cinco centÃmetros del piso? Por muy moderna que se considere, Daniela es mujer. Y Federico es varón, motivo por el cual mira aterrado el acelere de ella. Daniela desea que Federico la conduzca al cielo de los sueños compartidos a bordo de una nave espacial construida con discursos amorosos. Él, en cambio, sólo puede ofrecerle la filosofÃa que el gran Mostaza sintetizó en la parquedad de tres vocablos: paso a paso. Uno podrÃa sospechar que los hábitos cambian más rápido en el sexo que en los sentimientos. Ayer, la tele, reflejó esa paradoja en un muy buen capÃtulo de “Solamente vos”.
CLARIN