Está listo para que le saquen la camisa, cuando quieran, lo que le pidan. Bronceado, abdominales marcados. La piel perfecta. Lo que le gusta, decía, es la piel de la mujer. Y a todas ellas la suya, la sonrisa impecable también, las fantasías que se encarga de cumplir por la tele. Facundo Arana tiene las marcas del galán de cuentos de final feliz y el miércoles reclama su trono con un personaje que de a poco lo va corriendo del príncipe azul para arrimarlo al del hombre corriente. Está contento, lo entusiasma el regreso y la vuelta a la rutina de grabar 12 horas por día para el horario central de Telefé (de lunes a viernes a las 22).
Cuando me sonreís lo pone esta vez al lado de Julieta Díaz, compañera hace más de una década en 099 Central y que ahora combina, según él, a la perfección con la química de una pareja de improbables. Ella será Luna, una mujer enviada a la vida de Gastón Murfi para sacudirle las estructuras. “Mi personaje es absolutamente metódico, un reloj en hora, perfeccionista, actúa al detalle, todo lo ha trabajado desde cero, se hizo una vida muy ordenada. Desde el primer capítulo donde desde el momento en que se levanta, las cosas no son como él espera que sean. Vemos como es su vida de ordenada, y apenas pone un pie fuera de su casa todo empieza a andar al revés. Ese día conoce a Luna, una mujer que le va a romper todos los esquemas, una mujer lunar”, cuenta Facundo, al final de un día intenso de grabaciones.La tira, escrita por Marta Betoldi y Ricardo Rodríguez, suma recursos de comedia de situación, de vodevil, diálogos diseñados para el juego de palabras, para la destreza de comedia de enredos. “Es una trama novelesca escrita en líneas de comedia, con diálogos muy inteligentes, muchos juegos de palabra, muy digeribles”, sigue el actor, después de más de un año fuera de la tele y dedicado a girar por el país con teatro, con proyectos que ahora pone en pausa. “No hago años sabáticos nunca, pero se me quedó pegada esa imagen cuando en 2003 me fui a viajar por el país. Me voy a tomar un sabático cuando me muera”, asegura.
–¿Tu personaje es otro galán típico o le encontraste algo diferente?–Estoy asociado a todos estos personajes heroicos. ¿Es otro tipo bueno? Y sí, como el 90 por ciento de los argentinos, un tipo común, normal, con sus miserias y grandezas, muy enfrascado en su propia vida, no tiene amigos ni vida social. Es un tipo bueno. Nunca me tocó hacer un malo. Tal vez sería una buena historia para contar, pero ahora tengo más ganas de hacer un tipo normal.
Todos distintos–¿No te cansaste de hacer de bueno o buscás estos personajes?–Actuar nunca me cansa, siempre son distintos los personajes. Desde el millonario de Sos mi vida, al torturado de Vidas robadas, hasta el teatro que era una momia. No hay bajada de línea para nada, es una comedia para toda la familia, es una historia de amor, con ingredientes de comedia americana.
–Una trama sin historias reales–No, para nada. Esto es una comedia que viene a engrosar la lista de grandes ficciones que hay en el aire, pero en una cuerda diferente. Ni las más prestigiosas como El hombre de tu vida o El puntero, no es como nada de lo que hay en el aire. Se trata de una comedia con una forma de hablar que no es la corriente, no es costumbrista ni se cuenta minuto a minuto a favor del rating. Es un cuento que se va a ver en todas partes, sea cual sea la suerte que corra.
–¿Vos también sos tan buen tipo como dice tu fama?–Mirá cómo estará el mundo que resalta cuando una persona es buena. Creo que tengo la misma fama de buen tipo que toda la gente con la que trabajo, que mi viejo y que podés tener vos también. Prefiero tener fama de bueno y no de malo. Y te garantizo que hay gente que no me quiere, pero estoy contento de eso. Hay gente que no me gusta y comulgo con que no me quieran. Tampoco los quiero.
Con saxo incluido–¿Qué tiene Gastón de vos?–Me ofrecieron poner el saxo para el personaje y yo de mil amores, es mi gran compañero de ruta desde siempre. El personaje lo tiene, a veces lo toco, pero tampoco tengo el bloque de Facundo tocando el saxo. Nos divertimos mucho haciendo la tira y ese es un muy buen punto de partida.
–¿Qué quiere decir el título, según vos?–Para mí tiene que ver con el contacto del programa con el público. Es un programa que tiene que hacerte sonreír, y si lo logra es porque estamos haciendo bien nuestro trabajo. No es un programa para descubrir la electricidad ni la cura de ningún mal. Nada más que hacerte sonreír.
–¿Te preocupa el rating? ¿Es una presión?–Es una variable a la que estamos sometidos todos los que hacemos televisión, así como los que hacemos teatro estamos sometidos a la taquilla. Más allá de eso, los libros ya están escritos y la historia no va a variar haga el rating que haga. Si tuviéramos la posibilidad de saber que vamos a tener rating seguro, sería muy aburrido.
–¿Cómo se llevan con Julieta?–La química no se puede inventar, existe. Si tenés dos elementos de la tabla periódica que se llevan bien entre sí, van a tener algo que puede convivir, ponés agua y aceite y por más que batas no se van a juntar. Es una esperada sorpresa, con Julieta nos miramos y no hay nada más que pensar. La química gracias a Dios está y nos llevamos muy bien. Trabajamos en 099 Central pero no teníamos escenas donde los personajes tuvieran que hablar. Esta es la primera vez en que nos tenemos que mirar a los ojos y ver qué pasa, y cuando lo hacemos entramos en el otro y estoy muy feliz con lo que sucede.
LAVOZ.COM
0 Comentarios.Para comentar esta nota HACE CLICK:
Publicar un comentario