Daniela Collini, de Casi Ángeles, se lució comoKika en la tira juvenil. Ama actuar y también llevar perros callejeros a su dos ambientes. “ Vivía con mi mamá y como a ella no le agradaba que llevara bichos a casa, decidí mudarme ”, confiesa la actriz de 25 años.
Cortinillas fucsia, almohadones multicolores, libélulas celestes que cuelgan de una lámpara de pie.Daniela Collini (25), en su departamento de Belgrano, cuenta que ella misma hizo todos los adornos con sus manos y que antes de ser actriz, estudiaba Diseño de Indumentaria. Después de hacer publicidades y trabajar en un programa de Utilísima, hizo un casting para Cris Morena Group. Y desde el año pasado, Daniela es Kika en Casi ángeles. Convive en un dos ambientes con cuatro perros: Greta, Ramona, Benito y Pepe.
Cortinillas fucsia, almohadones multicolores, libélulas celestes que cuelgan de una lámpara de pie.Daniela Collini (25), en su departamento de Belgrano, cuenta que ella misma hizo todos los adornos con sus manos y que antes de ser actriz, estudiaba Diseño de Indumentaria. Después de hacer publicidades y trabajar en un programa de Utilísima, hizo un casting para Cris Morena Group. Y desde el año pasado, Daniela es Kika en Casi ángeles. Convive en un dos ambientes con cuatro perros: Greta, Ramona, Benito y Pepe.
-Perdón, ¿por qué con cuatro animales?
-Los perros son mi debilidad: cuando los veo abandonados en la calle, noto la tristeza en sus ojos y no los puedo dejar. Es más, me vine a vivir sola porque quería adoptar perritos y mi mamá no me dejaba llevarlos a su casa. Estos cuatro los rescaté de la calle.
-¿Cómo fue?
-El primero que encontré abandonado, lo llevé a casa y mamá me dijo: “Acá no, ¡se van los dos!”. Yo miraba la carita triste del animal y no podía dejarlo. Por suerte, lo ubiqué con la abuela de una amiga, que quiso tenerlo. Si fuera por mí me los traería a todos, ¡pero no entramos! Tuve la fortuna de poder ubicar a varios, y yo me quedé con éstos.
-¿En qué situaciones los encontraste?
-A la primera, Ramona (negra), la encontré abandonada al lado de casa, toda sarnosa, peladita y con olor a enferma. Justo estaba por mudarme, y fue el empujón para decidirme a hacerlo. La llevé a El Portal de las mascotas, pero era tan fea que nadie la quiso. Entonces, me la quedé. A Benito (negrito chiquito) lo encontré en la calle, estaba todo lastimado y venía moviendo la cola, ¡para comprarme! No pude resistirme, y lo llamé así porque yo vivía en San Benito de Palermo. Al otro año apareció Greta, que es la más grande de todos. Y Pepe llegó hace re poco, estaba perdido. ¡Es una guachada la cantidad de perros que la gente abandona!
-¿Colaborás en alguna fundación?
-Me contacté con una chica que tiene una organización para evitar que utilicen animales para experimentos en las facultades. También tengo pensado armar mi propia fundación, pero para eso falta.
-¿Cómo se compone tu familia?
-Tengo 3 hermanas: Romina, que es psicóloga, Johana, que se recibió en Bellas Artes, y Paula (13), que está en el cole. Lo artístico viene de mi abuela, que tocaba el piano. Mi mamá, Graciela, es contadora, y papá, Daniel, es asesor de Marketing. Se separaron cuando yo tenía dos años. Y ahora mi vieja se fue a vivir a la costa.
-¿Qué dicen de su hija actriz?
-Les divierte. ¿La popularidad? Al principio, me daba mucho pánico, al punto de no salir de mi casa. Por suerte, como mi personaje tenía pelo frizzé y anteojos, no me reconocían tanto y la podía pilotear. ¡Ojo! Me encanta que me reconozcan, pero me da mucha vergüenza.
-¿Te acostumbraste a ser conocida?
-Y, te vas adaptando. Como me afeaban en la tira, la gente por la calle me decía: “Ay, ¡sos re linda!”. ¡Me levantaban la autoestima! Sigo viajando en colectivo y es ahí donde me agarra la fobia si me reconocen. A grabar voy en bici un tramo y después me tomo el tren hasta Martínez.
-¿Soñabas con trabajar en la tele?
-Miraba los productos de Cris Morena, y parece mentira que haya podido entrar a la tele con una producción de ella. De chiquita también usaba aparatos y anteojos, y me gustaba hacer monólogos en mi casa, con mi abuela materna, María Dora. A los 6 años ya hacía improvisaciones hablando de políticos, ¡era un aparato! Me disfrazaba, me calzaba los tacos de mi mamá e inventaba shows. ¿Cómo imagino mi vida después de Casi ángeles? Tengo varios caminos alternativos: por un lado deseo seguir haciendo tele, teatro y cine, y por el otro, dejar todo e irme a vivir al Caribe.
-¿Dejarías todo por irte a la playa?
-Sí. Llega un momento en que hay cosas que dejan de satisfacerte, o uno sigue queriendo crecer interiormente. Por eso, irme a vivir afuera es un proyecto firme. Tengo varios lugares que me copan: Jamaica, Hawaii, Costa Rica, República Dominicana, México y Pipa, al norte de Brasil. Me encantaría irme con Ramona, mi perra favorita, y hacer vida de hippie: vender las cosas que hago.
-¿Tu familia acepta la idea de que te vayas al Caribe?
-Sí. Tengo 25 años y vivo sola hace 4; mi familia me banca en todas.
-¿Tenés novio?
-No. Acabo de salir de un noviazgo largo, de seis años. Por suerte, terminamos bien. Estoy tranquila ahora, relajada. Es raro este estado porque fui muy noviera: a los 16 tuve mi primera relación importante, y al toque que corté, a los 20, me enganché con mi ex. O sea que estuve diez años de novia. Ahora que estoy sola me estoy enamorando de mí.
-¿Salís a bailar?
-Me gusta más estar en casa, echada con mis perros, o comer con amigos. No soy bolichera; prefiero salir en bici e irme al río
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